COLOMBIA FUE LA AVENTURA DE MI VIDA
Minkyung Lee, Voluntaria Internacional de Corea del Sur
En Colombia uno siempre será bienvenido, cuando llegue todo era raro para mí, porque la cultura colombiana y la coreana son muy distintas, con el paso del tiempo me empezó a gustar la comida, en especial, la arepa, el ajiaco, las empanadas, el salpicón y otras. Me impresionó que aquí hay muchos tipos de frutas que nunca había visto en corea y además son baratas.
Cuando llegue, como no conocía la cultura latinoamericana, a veces me chocaba y me quejaba de los colombianos y era grosera, pero cuando acepte su forma de ser, no pude seguir estando brava, desde ahí ya pude entender más y acercarme como amiga a ellos.
Para mi aprender el español era difícil, ya que era un idioma totalmente desconocido y los verbos tienen varias conjugaciones, sin embargo, la pronunciación es muy fácil para los coreanos y como a mí me gusta hablar mucho, quería aprender para poder conversar con los colombianos, además yo dictaba la academia de coreano básico, por esa razón tuve que aprender rápido el idioma.
A mí me gusta bailar, aunque no lo hago muy bien, siendo voluntaria yo bailaba mucho con los jóvenes de Colombia, cada noche ensayábamos durante cuatro horas y también compartíamos nuestros corazones.
En Colombia cada año se hace la gira de la cantata, gracias a ello viajé a ocho ciudades, que pude conocer indirectamente. Para mí la gira de la cantata fue un evento precioso porque muchos colombianos al ver la cantata abrieron sus corazones y se integraron a IYF.
Viniendo a Colombia, yo quería ayudar, pero terminé aprendiendo muchas cosas y recibiendo el amor de los colombianos; entonces pude entender porque los voluntarios decían: “Fui a ofrecer mi juventud, pero me dieron mucho más de lo que yo di”. Realmente yo espero que otros voluntarios vengan a sentir lo mismo aquí en Colombia.